Cansado estoy de arrepentirme
pues la vista que contemplo
hace tiempo parece detenida
en su continuo devenir
de pobreza y servidumbre.
Absorta en una elipsis
la luminaria ciencia
recita con el vientre
su incontenible deseo
de ángel en cuclillas.
En la naturaleza
dos caras son de la misma moneda
correr del tiempo y sabiduría.
En la naturaleza.
Lúgubre es la tea que por vosotros prendí un día
y por ello cándido y no Prometeo me siento;
portador de cadenas
que no merma la herrumbre
ni el paso del tiempo
-contra el que a ciegas lucháis- debilita
aun siendo más livianas que esas vuestras
conquistadas a golpe de soberbia sin lumbre.
… haberme jugado la muerte por vosotros…
no la efímera vida
con su legión de claraboyas distantes,
la delicada muerte.
Acaso llegará la hora
en que la tierra
al fin
dé vueltas con el sol
montada en su carro.
Las mujeres,
que parieron millones de hijos,
celebrarán a Copérnico
en su útero celeste.
Diverso y lúbrico
el universo no deja de morir.
Ya todo está
en la penumbra
sin descanso.