Estoy varada en esta costa de tu ausencia
agotada por el largo pasaje
y sin saber -ahora lo dudo-
si mereció la pena viajar noche y día
para llegar a dónde.
Ahora que ni siquiera distingo
sed de realidad
me inclino sobre ti en sueños
con los ojos vacíos
y te pregunto
si no vendrás para quedarte
con cualquier pretexto.