No sé si lo recuerdas…
entró como una furia
la cabeza bien alta
y su abrigo de Fedra
impregnándolo todo.
Era una mañana cálida,
el horizonte rosado
y la torre -a lo lejos-
observaba la escena.
No sé si lo recuerdas…
entró como una furia
la cabeza bien alta
y su abrigo de Fedra
impregnándolo todo.
Era una mañana cálida,
el horizonte rosado
y la torre -a lo lejos-
observaba la escena.