Qué mentira más grande ya desde la mañana.
Silencio abrupto se derrama sobre alforjas bien repletas que huyen
sin impuestos.
Hurtos, vandálicos golpes de pecho.
Dos posturas maniqueas y un amigo podrido cruzan la calle
sin reloj.
No hay prisa.
Hoy me va bene.
Te digo sin desplantes que ya no te creo.
Qué mañana más cálida.
Ojos abiertos.