Había cumplido ya los sesenta
sintió por segunda vez la orfandad.
Le dejaron dos millones
era cuanto tenían.
Se lo dieron todo.
Pidió al banco un millón hipotecando la casa
y con los tres construyó una plaza de garaje.
La vendió por cinco.
Hoy vive en un nicho soleado
con vistas a los chopos.
Rodeada de los suyos.
… Así es el tiempo,
cadencia de una nube.